Paseos por el valle: parte 6.

Últimamente el trabajo me ha tenido bastante ocupado y un tanto alejado del ciclismo; también debo confesar que después de no llevarse a cabo el paseo número cinco pensé en no volver a convocar a menos que estuviera yo presente durante el evento. Así pues, era un hecho que no convocaríamos esta semana, al menos en mi mente lo era mas no en la mente de otros ciclistas.

Era viernes por la noche cuando nuestro buen amigo Jesús Galicia III me contactó preguntando por la próxima rodada, la conversación fue más o menos así:
— ¿Cuándo la próxima rodada, domingo a las seis, mismo lugar? Voy a invitar a los de mi club.
— Este fin de semana no puedo asistir pero conoces la ruta, eres bienvenido a guiar a los nuevos; el chiste es que se haga el paseo. ¿Qué dices, te animas?¿Yo convoco y tú los guías?
— ¡Órale pues! Seis de la mañana, en el parque del Michoacán.
— Que así sea entonces, muchas gracias.

El sábado temprano confeccioné la invitación y la publiqué en facebook, en estos cuatro grupos locales relacionados con el ciclismo y con Cerro Prieto: Mexicali en Bicicleta, MTB de Mexicali, Desafío 1000 millas por Baja y Proyecto 10,000 años; un par de horas más tarde habían confirmado asistencia media docena de personas —que bien, con esos seis se arma muy buen cotorreo—. Por la tarde un par de ciclistas solicitaban confirmación sobre el lugar de salida —bamos vien—.

Domingo por la mañana.
Llegaron a la cita puntuales cinco ciclistas, dos más tuvieron un contratiempo mecánico-automotriz en el camino —una llanta ponchada— que los retrasó al punto no poder coincidir con el primer grupo. El primer grupo ascendió al volcán mientras que el segundo rodó entre parcelas deteniéndose a tomar fotografías que luego compartieron en facebook. Según conversaciones vía messenger con algunos de los participantes, todos disfrutaron del paisaje y del recorrido; tuvieron una excelente y segura rodada. Muchas gracias a todos por insistir y por asistir.

Vaya un agradecimiento especial a nuestro buen amigo Jesus Galicia III por guiar a quienes vinieron por primera vez.
Nos vemos en el próximo paseo entre parcelas y canales del valle de Mexicali.

Paseos por el valle: parte 5.

Como cada semana desde hace 5 semanas, convocamos al paseo Michoacán – Cerro Prieto…
Esta sería la quinta vez que el paseo se realizara, sin embargo no se llevó a cabo debido a que nuestro guía tuvo un contratiempo médico; afortunadamente ya se recupera satisfactoriamente. Ofrezco una disculpa a quienes asistieron y no encontraron guía; procuraremos minimizar la ocurrencia de situaciones como esta conviniendo con dos o más personas que conozcan el camino para que funcionen como timonel a quienes asisten por primera vez.

Antes de finalizar esta mini-entrada, deseo recordarles algunos detalles de esta invitación:


Costo.
La admisión a este evento es gratis.

Invitación abierta.
+ Todos bienvenidos.
+ Cada invitado invita a otro.
+ Nivel principiante, amateur e intermedio.
+ Este paseo es auto-organizado por amigos(y nuevos amigos).
* Cada quien es el principal responsable de su propia seguridad.
* Cada quien es responsable de su propio abastecimiento.

¿Qué traer?
+ Bicicleta de montaña en buena condición mecánica.
+ Casco, guantes, lentes, bloqueador solar.
+ Botella con agua. ¡MUY IMPORTANTE!
+ Fruta, barra energética y/o alimentos para consumir durante el recorrido.
+ No olvides tu teléfono o cámara para tomar muchas fotos.

Seguridad.
+ Las personas que participan en este evento lo hacen de forma voluntaria, responsable e informada.
+ Cada participante conoce y asume los posibles riesgos de practicar esta actividad al aire libre.
+ Cada participante se conducirá de forma prudente a fin de no ponerse en riesgo innecesario ni a los demás.
+ Cada participante es el principal responsable de su propia seguridad y abastecimiento.

¿Quién organiza?
Todos: nosotros, ustedes y ellos…
La idea es que entre todos nos auto-organicemos para disfrutar del campo y de los paisajes,
que quien ya conoce la ruta guíe a quien viene por primera vez,
rodearse de nuevos amigos ciclistas y disfrutar de una rodada segura.


Volveremos la próxima semana.

Paseos por el valle: parte 4.

Por cuarto fin de semana consecutivo se realizó el paseo entre parcelas y canales del valle de Mexicali —con ascenso al volcán y toda la cosa—. Asistieron cuatro ciclistas: Ruben, Luisa y Xe, que ya conocen la ruta pues la pedaleamos juntos la semana pasada, y Elvira que vino a recorrer nuevos caminos; tú muy bien, espero que lo hayas disfrutado. Según me comenta Xe, una vez más tuvo que abandonar debido al cansancio; eso es normal, pero si insistes y persistes la buena condición llegará; recuerda que es un proceso, no un evento. Por su parte Ruben, Luisa y Elvira, continuaron el recorrido, subieron al Cerro Prieto y se dieron tiempo para apreciar la figura del Shayii dibujada con piedras en el cráter, bueno hasta se tomaron un par de fotografías; espero que hayan tenido buena diversión y excelente convivencia; ojalá pronto volvamos a coincidir. Aprecio que hayan asistido, por favor hagan suyo este paseo, logremos juntos «que quien ya conoce la ruta guíe a quien viene por primera vez»; ustedes muy bien.

Gracias y felicidades por haber logrado vencer las sábanas esta mañana; seguiremos invitando cada semana mientras las temperaturas lo permitan.

Paseos por el valle: parte 3.

La tercera es la buena, dice la sabiduría popular. Así como el segundo paseo tuvo doble de éxito que el primero; el tercero tuvo el triple que el segundo pues participamos siete ciclistas: cuatro de ellos se transportaron en bicicleta desde la ciudad de Mexicali y tres más en automóvil desde diferentes puntos; sus nombres: Ruben, Luisa, Marisol, Guillermo, Xe, Razo y Francisco.

Llegamos todos al punto de reunión al filo de la hora. Xe observó en el parque dos polluelos de búho que habían caído de su nido así que decidió llamar al 911 y reportarlo a la patrulla ecológica; esperamos unos minutos y partimos al rededor de las 6:10 AM. Como suelen ser las mañanas en los campos de cultivo del valle, ésta era soleada, fresca y hacía una agradable ligera brisa. Sin otra preocupación que disfrutar del paisaje y tomar fotos, transitamos entre parcelas hasta llegar al Canal Pacífico y después hasta la segunda compuerta donde Xe decidió no continuar con el paseo; se apreciaba un tanto agitado y sudoroso; nos despedimos y el resto del grupo continuamos hacia la carretera Mexicali – San Felipe para luego retornar por la margen izquierda del mismo canal hasta llegar a Cerro Prieto.

Al pie del volcán tuvimos una pequeña conversación sobre si subir o no subir, ese era el dilema. ¡Pues subimos! Pedaleando o empujando la bírula llegamos todos hasta la primera estación de antenas; justo ahí donde termina el empedrado y comienza el camino de cemento; después de otra sesión de fotos, la cuestión sobre seguir ascendiendo se repitió: Luisa, Marisol y Francisco decidieron ir hasta el cráter para avistar al Shayii mientras que Razo, Ruben y Guillermo esperarían en el lugar.

Subiendo y tomando fotos, llegando al borde del cráter y tomando fotos, observando el dibujo en el lecho y tomando fotos, bajando y adivinen… ¡tomando fotos! Cuando el grupo se reunió nuevamente, Ruben ayudaba a Razo a ajustar su bicicleta; Luisa y Marisol contaban, maravilladas, lo que acababan de presenciar allá en la parte mas alta del cerro… Ya es hora de regresar —mucho cuidado al bajar, atentos al freno—. Lo cierto es que cada quien asciende y desciende a su propio ritmo; los que se adelantaron esperaron bajo la sombra de unos mezquites a quienes venían detrás, la brisa matutina se había convertido en viento ligero, muy agradable. Reunido el grupo, aprovechamos un momento más del cobijo de esos árboles, luego pedaleamos más o menos rápido, sin detenernos, hasta llegar a la meta. Siendo las diez de la mañana y estando oficialmente sedientos, conseguimos unas bebidas de esas hidratantes-refrescantes-alegrantes(solo una pues habrá que manejar o pedalear de regreso a casa). Bien merecida la bebida y muy amena la charla —esto de ser ciclista me gusta—, unos cuarenta y cinco minutos después: «aquí se rompió una taza, cuidado con los pedacitos»…

Muchísimas gracias por asistir; muy buena rodada y excelente compañía; disfrutamos del paisaje y del aroma a campo, además no encontramos perros-entrena-ciclistas. Ojalá que volvamos a coincidir.

 

Paseos por el valle: parte 2.

Perros en el camino.

Después del éxito del paseo del fin de semana pasado —el cual pedaleé en solitario—, convoqué nuevamente, diré que esta vez asistieron el doble de ciclistas que la vez anterior, por tanto diré que el éxito fue doble también. Durante la semana media docena de personas manifestaron su interés de pedalear con nosotros por los canales del valle de Mexicali, para la noche previa al arranque prácticamente todos habían desistido —yo de todos modos iré—, pensé. Esa noche dejé todo preparado: casco, zapatillas, guantes, agua, fruta… y bicicleta; buenas noches. Cuando escuché la alarma sonar eran ya las 5:15 AM —aghh no, ¿¡otra vez tarde!? Después siguió el ritual matutino: bañar, desayunar, cargar el equipo y partir. Está amaneciendo, la carretera está libre, sin tránsito, el trayecto vía carretera San Felipe es ágil, ello no evita que llegue al ejido Michoacán al filo de la hora citada 6:00 AM —es decir, técnicamente tarde 🙁 —. Saludé a Jesús, el otro ciclista que acudió a la invitación, y me preparé rápidamente, luego de cinco minutos mi bicicleta y yo estábamos listos, aún esperamos otros cinco y partimos pasando diez de la hora. Tan pronto arrancamos Jesús dice «por aquí hay muchos perros en la calle y allá en el Pacífico también».

Al doblar la esquina se aprecian a unos veinte o treinta metros dos reuniones de perros, el líder del primer grupo aparenta ser un can adulto, robusto, orejas cortadas, de complexión musculosa y mirada punzante; por ahora no están interesados en entrenar ciclistas, sus prioridades son otras, cuando nosotros reducimos la velocidad frente a ellos hasta casi detenernos solo nos observan en tensa calma protegiendo su posición pues en el grupo hay una hembra en calores; cuando ella se mueve los demás la secundan; corrección: la que manda es ella. El segundo grupo está compuesto por individuos jóvenes, casi cachorros, curiosos, tal vez quieran jugar a muerde al ciclista —hoy no, chicos—; nuevamente superamos el contratiempo sin mayor dificultad.

Las escenas de ciclistas atentos al camino y al canino, y de perros que ladran, amagan el ataque para luego retractar, y de humanos transitar al lado de la jauría sin dañar se repiten cada día; no es la primera vez que nos hemos encontrado y seguramente no será la última; aquí dejo esta mini-guía acerca de los perros en el camino:

Primero (50 a 100 metros). Conservar la calma y estar atento al camino y a los alrededores, identifica con ojos y oídos la posible presencia de caninos.

Segundo (10 a 50 metros). Conservar la calma y evaluar la situación respecto a la cantidad, posición e intención que tienen los perros. Es muy importante aprender a «leer» su lenguaje corporal y ladrido, ¿está avisando? ¿invitando a que te alejes? ¿anunciando carga? ¿atacando? Los canes son territoriales, te advertirán que estás en sus dominios, que te andes con cuidado. Si todo va bien, no pasará de un ladrido tipo «aléjate humano», dejarás de parecer interesante y volverá rápidamente sus actividades perrunas.

Tercero (5 a 10 metros). Conservar la calma y mantener una distancia segura. Siempre habrá algún chucho que se acerque un poco más. No, no aceleres el paso, eso podría azuzar al animal, la presa eres tú, no es bonito y no terminará bien. Es recomendable disminuir la velocidad, incluso desmontar de la bicicleta y posicionarte detrás de ella a manera de escudo para aparentar ser más grande, con esto la gran mayoría de los perros desistirán de seguir avanzando.

Cuarto (1 a 5 metros). Conservar la calma y «dialogar». Algunos cuadrúpedos serán más osados acortando la distancia a un par de metros, es momento de usar tu voz firme para demostrarle que tienes el control, ordena que se aleje y vaya a casa —no entiende español pero entiende tu tono de autoridad—, acompaña el mandato con un ademán por lo alto o finge recoger una piedra. Muy pocos perros sostienen su intención de seguir avanzando después de esto.

Quinto (menos de 1 metro). Conservar la calma, y limitar y contener ataque. A pesar de todo lo anterior el perro no desiste, emprende la carga e insiste en morder… ¿cómo fue que llegamos a esta situación? Ahora tu prioridad es evitar que te haga daño: posiciona tu cuerpo detrás de la bici a manera de barrera, dale algo para morder —algo que no seas tú— un tubo, una prenda, la botella de agua o la bomba de aire y aprovecha la distracción para poner distancia lentamente.

Sexto (siempre, a toda distancia). Conservar la calma, evitar confrontación y des-escalar la situación progresivamente hasta que ambos estén seguros. Si te produce sensación de seguridad podrías llevar un par de piedras en el bolsillo y usarlas a manera de «disparos de advertencia». Tal vez podrías remplazar las piedras por bocadillos, al olfatear comida irán por ella y puede que hasta te consideren amigo (hazlo con cuidado, a una distancia segura, no lo he probado y no sé si esto funciona). También hay de venta en el mercado repelentes a base de ultrasonido o sustancias irritantes que le causan dolor temporal pero no hacen daño permanente. Recuerda que ellos no tienen el instinto de cazar ciclistas para comer; no son malvados pero es posible tengan dueños irresponsables incapaces de corregir sus malos hábitos o que estén de hecho abandonados. Hagas lo que hagas, respeta al animal, a menos que sea una situación en que tu seguridad o tu vida esté en inminente peligro, es tu deber prevenir dolor y/o daño innecesarios.

Todos los ciclistas que asistimos al paseo —dos— completamos el recorrido ejido Michoacán > Colonia Pacífico > Cerro Prieto (con subida y toda la vaina) > ejido Michoacán sin más novedad que haber ejercitado piernas y corazón, apreciando el paisaje, respirado el aire fresco de la mañana, conversando de hazañas en bicicleta y planeando la próxima rodada; lo más importante es que ningún humano y ningún canino resultó lastimado durante la realización de este paseo ciclista entre parcelas, canales y ascenso al volcán ni durante la confección del presente artículo. 😉

Felices y seguras rodadas. 🙂

Paseos por el valle: parte 1.

Han pasado como 70 días desde mi anterior artículo y como 40 desde mi más reciente rodada. ¿Qué rápido pasa el tiempo? ¡Que rápido pasa el tiempo! Ya fue por motivo de salud o trabajo no he escrito ni pedaleado en semanas —no había—, hoy por fin se hizo la machaca para ambas-dos. Así que no me extrañen ni me esperen pues ya volví. 😉

En el Valle de Mexicali.Hace unos días decidí pasar unas semanas en casa de mi padre en el Valle de Mexicali, Baja California, México; el plan original era reanudar las rodadas con Lorena (mi bicicleta de ruta), durante las tardes, por las calles y carreteras locales… pero… ammm… esteee… bueeeno… Debo decir que no percibo a los automovilistas de esta región como personas malvadas, solo un poco faltos de pericia, por tanto prefiero no exponerme a riesgos innecesarios, al menos por ahora; digamos que no es miedo sino precaución. Así que aplicando un [no tan rápido] cambio de plan y [sí muy conveniente] cambio de bicicleta; será con Carlota (mi bicicleta de montaña), será durante las mañanas y será por los canales de irrigación del Valle de Mexicali donde pedalee estos próximos días.

Consiguiendo compañeros de pedal.Preferible rodar en pareja o grupo que sólo; es más ameno y seguro pues en caso que algún incidente le ocurriera a uno el otro podría salir corriendo gritando despavorido a pedir auxilio —mejor no, siempre conserve la calma—. Así pues, organicé un evento en Facebook, «huy, asistirán muchos ciclistas, y tomarán muchas fotografías, y será un éxito», eso imaginé. Ok, acepto que tal vez la organización fue de último minuto, fue por la emoción pues.

Sábado, 20-mayo-2017:00:15: publicación/invitación al evento.

Domingo, 21-mayo-2017:05:00: suena la alarma.05:30: agua: check, casco: check… ¿qué falta? ah sí, la bici… bicicleta: check, listo, vámonos.05:45: oh cielos, olvidé mi celular, alguien más tendrá que tomar las fotos.05:58: llegando al punto de reunión: —uff, pensé que llegaba tarde—.06:05: parece que ahí vienen otros [ciclistas]… no, no son, ni modo, así es la vida.06:10: tal vez ya no vino nadie.06:15: bueno, comencemos: semos na’mas tú y yo, Carlota…

La Ida.Estacioné mi auto frente al parque del ejido Michoacán de Ocampo, este parece un pueblo tranquilo y relativamente ordenado (al menos a esa hora de la mañana), desde temprano se aprecia gente que se dirige a sus labores en el campo, algunos se transportan en camioneta y otros en bicicleta (sí en domingo, los cultivos también crecen los domingos). Visto el equipo y armo la bicicleta; ojos curiosos dicen buenos días, un ciclista recogiendo latas de aluminio; aseguro casco; monto bicicleta y tomo rumbo sur entre las parcelas hacia el canal alimentador y después hacia el volcán. Me encuentro un grupo de perros por la calle, no creo que sean perros callejeros, solo están en la calle siendo perros; me miran, los miro —nos miramos—, me ladran —no les respondo pues no sé el idioma—, pierden el interés rápidamente y regresan a lo suyo; tal vez están acostumbrados a ver ciclistas.

Al transitar por entre las parcelas ya está totalmente amanecido; la mañana, aunque soleada, es fresca; el campo huele a tierra mojada, y a mezquites, y a hierba, y un conejo cruza delante de mí a toda prisa, y a lo lejos están los regadores concentrados en sus labor, y hasta llegar al pie del volcán encuentro cero tráfico de automóviles, y también me parece que hay menos basura que otras veces que he pasado por aquí.

El Cerro Prieto.La vereda que lleva a la cima del volcán está recubierta de empedrado desde el pie hasta la primera estación de antenas, de cemento a partir de ahí hasta la segunda estación de antenas y por último un tramo de terracería en franco mal estado que lleva hasta la parte más alta. La primera sección está «pedaleable» tanto en ascenso como en descenso, la segunda es la más inclinada de todas, aun no logro vencerla en subida aunque alguna vez ya me atreví en bajada, y la tercera… la tercera no me provoca pedalear por ahí ni de ida ni de vuelta, mejor bajarse y empujar la bicicleta. 😉 Otra forma de clasificar podría ser: rompe-piernas, rompe-corazones, rompe-madres. 😮

El Regreso.Sin duda esos cuarenta días sin actividad me pasaron la factura: al llegar a la parte pavimentada, las piernas me ardían y me faltaba el aire; intenté dos veces subirla y las dos veces la pendiente me dijo «hoy no, chico». La vista del valle desde lo alto del cerro es espectacular —no diré más, tienes que ir—. El descenso es más amable con pulmones y piernas mas no con brazos y manos; mucho cuidado al bajar, si no traes buenos frenos mejor será no subir primeramente. Regresando sobre mis pasos —o sobre mis rodadas— me detuve un momento a orillas del canal para contemplar, como hipnotizado, cómo fluye el agua por las compuertas. Aún es temprano mas lo cálido del sol ya comienza a picar en la piel. Luego de unos minutos reanudé mi marcha y llegué al punto de donde había partido unas dos horas antes. Desabrocho el casco, desarmo la bicicleta, me cambio de zapatos, guardo mi equipo, monto en mi auto y me dirijo a casa. Fue una buena rodada; ya me hacía falta acción.

Al final no asistieron otros ciclistas a la cita, tampoco hubo ninguna fotografía, pero sí considero que ésta rodada fue un éxito 🙂 . Bueno será repetir la próxima semana, esta vez acompañado.

¿Dónde rodar?

Por fin decidiste incursionar en el ciclismo recreativo. ¡Bien por ti y por tu salud!Ahora la pregunta es, ¿dónde demonios voy a pedalear?La respuesta es sencilla: donde sea seguro, permitido y adecuado para el tipo de bicicleta que tengas.Analicemos rápidamente cuatro tipos de bicicleta: ruta, montaña, cyclocross y urbana.

Bicicletas de Ruta.También llamadas de carretera, de carreras, rutera o road bikes.Son maquinas ligeras, elegantes y rápidas. Usualmente están construidas en aluminio o carbono, vienen equipadas con llantas lisas y delgadas. Ideales para pedalear velozmente distancias entre 20 y 200 kilómetros (o más), debido a su geometría tienden a ser un poco incomodas por lo que se recomienda el uso de short con chamoy, zapatillas y guantes.Sí-sí: pensadas para rodar sobre superficies asfaltadas o pavimentadas como ciclo-pistas, calles y carreteras en buen estado, toleran un poco de arenilla (pero solo un poco) en el camino y se comportan muy bien bajo la lluvia o en suelo mojado —siempre extremando precauciones—. Dependiendo del grupo de componentes con el que cuentes, podrás ascender cómodamente (esto es relativo) puertos de montaña y cuestas de inclinación considerable —recuerda: siempre sobre superficies de asfalto o pavimento en buen estado— y disfrutar de un descenso seguro —siempre que no excedas los límites de velocidad ni la capacidad de los frenos—.No-no: evita los caminos de arena, grava, lodo, pasto, veredas y en general toda superficie blanda; las llantas delgadas no se portan nada bien aquí. En piso mojado o con lluvia sé extra-cuidadoso con las manchas de aceite en medio del camino, con los balizados y con las tapas de metal de alcantarillas pues los neumáticos lisos no tienen buen agarre y podrías derrapar. La distancia de frenado también se incrementa en presencia de agua o lodo.

Bicicletas de Montaña.También se les conoce como bicicleta todo terreno, BTT, mountain bike o MTB.Son ingenios de construcción resistente y diseño atractivo, mucho más robustas que una road bike. Por lo general están hecha de acero o aluminio reforzado, aunque últimamente también las hay de carbono, sus llantas son anchas con gajos. Perfectas para hacer recorridos campo traviesa de 20 a 120 kilómetros (o más), aunque son más cómodas que una rutera, también son más lentas —por el tipo de superficie y por su propio peso—, se recomienda usar chamoy, zapatillas y guantes. Usualmente vendrán equipadas con frenos de disco; estos tienen una capacidad impresionante para detener la bicicleta.Sí-sí: dado que las MTB no necesitan superficies lisas, puedes rodar fuera del camino sobre arena, grava, lodo, pasto y veredas —siempre que estas no sean excesivamente blandas y profundas—. El piso mojado o la lluvia no son problema para ella —de cualquier modo, siempre anda con cuidado—. Ascender puertos de montaña y cuestas no es obstáculo tampoco pues tendrás cambios de sobra para tal propósito y el descenso es, en general, más estable aunque más lento que con una de ruta.No-no: evita los arenales, —¡agh, malditos arenales!—. Ten cuidado con los lodazales y con los charcos pues nunca sabes que hay debajo ni que tan profundos son. Respeta las plantas y ellas te respetarán, especialmente las que tienen espinas. A menos que poseas la destreza y el equipo adecuado para downhill, también aléjate de las bajadas muy escarpadas y de los precipicios. Recuerda que montas una bicicleta no un tanque de guerra.NOTA: el pavimento gasta mucho más rápido las llantas con gajos; el que la MTB ‘pueda’ no significa que ‘debas’ rodar siempre sobre estas superficies.

Bicicleta tipo Cyclocross.A simple vista parece una road bike con frenos de disco y llantas delgadas con gajos… ¿¡QUE!?Podríamos decir que es una cruza muy interesante entre una road bike y una MTB, las hay de aluminio y carbono. Instalando las llantas adecuadas se portan muy bien en superficies duras y semi-duras, esta bicicleta no teme a las largas distancias en carretera, ni a las veredas de gravilla, ni a la lluvia, ni al lodo superficial, ni al pasto. Es muy ágil subiendo puertos de montaña y la bajada no es problema pues es tan ligera como una rutera y tan potente al frenar como una de montaña, aun en ambientes con agua o lodo. En resumidas cuentas es una máquina sumamente versátil. Al igual que en las MTB, aléjate de charcos, lodazal profundo y los arenales —¡agh, malditos arenales!—.

Bicicleta Urbana.Diseñada para transitar en las calles de la ciudad. Buena combinación: ligera, la más cómoda y relajada de las cuatro, suficientemente reforzada para llevar cargas ligeras, usualmente construida en acero o aluminio y equipada con guarda-fangos. Tiene llantas más lisas que una MTB y más anchas que una de ruta; puede transitar elegantemente en pavimento y veredas de superficie semi-dura, hasta hay algunas que son eléctricas pero eso ya es otra categoría. Prácticamente cualquier bicicleta es convertible en urban bike; el ‘kit de conversión’ sería más o menos así: neumáticos semi-lisos anchos, guarda-fangos, asiento cómodo, pedales de plataforma, parrilla o canastilla, luz blanca delantera, luz roja trasera y timbre-campana.

Sea cual sea la bírula que elegiste, investiga si tu comunidad cuenta con ciclo-pistas libres de automóviles o parques para ciclismo y sácales el máximo provecho. Consulta y aprende el reglamento de transito, pedalea solamente en las zonas permitidas tomando todas las precauciones y respetando las señales. Al pedalear en la vía publica, ten en cuenta que usualmente las normativas permiten la circulación de bicicletas solamente sobre las calles y ciclo-pistas, no sobre las banquetas; estas son para los peatones. Algunas comunidades y automovilistas son más bike-friendly que otras; sé precavido, respetuoso y SIEMPRE utiliza el casco.

Tus primeros cien.

No te voy a mentir, para un ciclista principiante como yo pedalear por primera vez cien kilómetros en un día no es nada fácil —es muy difícil— es lo que en México llaman «una chinga».

¿Entonces, mejor así lo dejamos?¡Ja! Ni de broma. Claro que no. La satisfacción de alcanzar esa meta por vez primera es inigualable; te sientes el rey del mundo. Después de ello, seguro no te podrás mover durante tres días, luego recordarás todo lo que pasaste para conquistar el objetivo y sonreirás; bueno un poco nada más porque hasta hacer eso te va a doler… o tal vez no. 😉

¿Cómo se consigue?A menos que hayas heredado una genética a prueba de balas o que lleves un tiempo razonable haciendo otra clase de ejercicios, tus primeros cien no son un evento sino un proceso que te llevará varias semanas de entrenamiento y recuperación durante las cuales habrá días buenos y días malos. No os desesperéis que Roma no se hizo en un día y tus primeros cien tampoco se harán así; mucha paciencia pero sin excesos, disciplina pero no castigo, constancia pero no obsesión ya sabes, lo de siempre. Vamos por partes, voy a dividir este proceso en ‘antes’, ‘durante’ y ‘después’. ¿Por qué? Porque sí, ¿por qué no?Otra cosa: mi impresión es que pedalear cien kilómetros durante un evento ciclista organizado es más llevadero que hacerlo a solas pues la compañía de otros ciclistas motiva bastante.

Antes.La preparación es importante.Entrena, entrena, entrena… Pero no te excedas. Las primeras sesiones son las más difíciles; ya después le tomas gusto. Entrena con la bicicleta y sin ella, es decir, establece tus rutinas para alimentarte, dormir y pedalear. Observa minuciosamente el efecto que tienen en ti todo lo que comes y bebes antes, durante y después de pedalear, toma nota de la cantidad y calidad de sueño en tus días de entrenamiento y de los cambios que notes en ti. Ve incrementando la distancia e intensidad de tus entrenamientos poco a poco, digamos 5 a 20 por ciento cada semana.Por ejemplo: si comienzas con 10 km la primera semana con incrementos del 20%, teóricamente, en 14 semanas estarás haciendo recorridos de 100 kilómetros.NOTA: esto es sólo un análisis teórico-matemático, no un programa de entrenamiento ni consejo médico. En caso de duda consulte a un profesional.

Durante.Esta ‘carrera’ comienza el día anterior, come bien, duerme bien y relájate. Deja todo preparado desde entonces: bicicleta, casco, zapatillas, herramienta, ánforas, fruta, barras energéticas, etcétera. El día de la ‘carrera’ tómalo con mucha calma, son tus primeros cien; es un paseo no una competencia. Mentaliza, solo tienes que pedalear un kilómetro cualquiera puede hacer eso, y repetir 100 veces, eso es pan comido. ¿Te adelantaron? Déjalos que se vayan; solo estás compitiendo contra ti mismo; guarda esas energías, las vas a necesitar. Bebe un poco de agua cada cierto tiempo digamos cada 15 – 30 minutos y come antes que sientas hambre. Haz paradas cortas en los puntos de abastecimiento no más de 5 minutos, bebe un poco de agua o bebida preparada, come algo de fruta, rellena las ánforas, estírate y continúa el trayecto. Recuerda que la velocidad mata, no corretees, pedalea eficiente; concéntrate en mantener un paso cómodo, ni muy-muy ni tan-tan, una vez que lo consigas, disfruta del paisaje y de la compañía, sonríe, saluda y haz plática. ¡Muy bien! No olvides tomar fotos y encender el ‘strava’.

Después.Sonríe, lo hiciste.Ya eres parte del ‘club centenario’.Disfruta la sensación. ¿La sientes?Hidrátate y come algo.Lo conseguiste. ¿Gustas una cerveza?Tu rostro refleja al tiempo algo de agotamiento y satisfacción.¡Salud! ¿No que no se podía? 🙂

Durante los siguientes días, tus músculos tal vez estén agotados, doloridos y hasta inflamados. Continua la hidratación, aliméntate bien para reponer los nutrientes gastados, relájate; consigue una sesión de masaje -eso ayuda muchísimo-, asegúrate de encontrar el tiempo para poner tu cuerpo en ‘modo reparación’ y dormir ocho horas continuas. Si el dolor llega a categoría ‘insoportable’ entonces consulta a un profesional de la salud. Aprende a escuchar las señales que tu cuerpo te envía y nunca las ignores; no duele igual la fatiga que la herida.

Después, después.Podrías comentar con otros ‘centenarios’ nuevos amigos tuyos— los detalles de esta experiencia, subir las fotos a facebook, comparar los tiempos en strava, platicar a otros no-ciclistas sobre las ‘increíbles hazañas’ que has conseguido…Vaya, que hasta podrías escribir un blog sobre el tema. 😉

Te vas a morir.

… todos moriremos algún día, eso es seguro.No sabemos dónde y no sabemos cuándo pero tal vez podemos influir un poco en el cómo.

La muerte te acompaña a todo lugar, te observa a cada momento con una paciencia que da escalofríos y toma mil formas.En la ciudad respiramos gases venenosos, en el campo hay animales peligrosos. Si caminas o corres por la calle un auto podría llevarte al otro mundo. Si vas a la montaña al caer de las alturas y en el mar los calambres al nadar. Si sales a pedalear los peligros son atropellamiento, caída y colisión. Al escalar un puerto de montaña podría fallar el corazón y en la bajada fallar los frenos sin razón. Es verdad, la velocidad mata pero la inmovilidad también lo hace, si te quedas media vida en la ‘seguridad de tu sofá’ tal vez ella venga por ti en forma de diabetes o enfermedad cardíaca. En el hogar te acechan el gas, la electricidad y el resbaloso jabón en la bañera. De cualquier modo morirás; todos moriremos un día… pero los otros días no… los otros días ¡a vivir!

Camina o corre o nada o pedalea –o todo–, que le cueste alcanzarte. Viaja o emprende tu pasión o ríe a carcajadas –o todo–, que le cueste acorralarte. Mejor, que tengas buena historia que contarle y sonrisa y mirada sin temor.

Mientras llega el día, poco a poco y sin rendirte, pedalea diez kilómetros primero, cien después, luego mil y otros mil, sube ese puerto de montaña, cien metros de ascenso y otros cien, luego disfruta del bajar. Viaja lejos y cuando regreses vete otra vez, a otro país –a otros países– de Alaska a Patagonia, de Portugal a Turquía, de Marruecos a Sudáfrica a Etiopía, luego Rusia, India, China y Oceanía. Si no lo haces tú, nadie lo hará por ti, nadie puede, tienes que hacerlo tú. Dale, vete en bicicleta. Sí, en bicicleta. ¡Claro que se puede! Vete, ni el primero ni el último serás. Te parece que es una locura, pues claro que lo es, mas más locura es el mundo no conocer. No temas, visitarás miles de lugares interesantes, encontrarás a muchas personas buenas –el mundo está lleno de ellas–, comerás cientos de platillos diferentes y beberás licores efervescentes. Quienes lo han hecho dicen que valió la pena; lo llaman ‘tu sueño perseguir’.

Y cuando el día llegue, tú ya habrás vivido.¿Y lo viajado quién te lo quitará? 😉

El sillín.

Sí, pedalear la bírula fortalece el corazón y protege el cerebro.Sí, montar la cleta regularmente mejora los niveles de colesterol.Sí, andar en cicla ayuda a alejar la diabetes.No, la bicicleta no causa infertilidad.No, el ciclismo no provoca disfunción eréctil… O bueno, más o menos.

¿Qué ocurre allá abajo?Pues que en condiciones normales, la erección es provocada por un fenómeno de presión de flujo sanguíneo, por tanto si la circulación se ve reducida en las arterias que irrigan esa zona o los nervios responsables se ven comprimidos o dañados, la respuesta al estímulo que provoca la excitación también se verá afectada. Por lo tanto, montar bicicleta puede causar disfunción eréctil. Parece muy lógico, una cosa lleva a la otra, hasta solían decir «existen dos tipos de ciclista: los que son impotentes y los que serán impotentes», sin embargo la nueva evidencia indica que los daños pueden evitarse utilizando el equipo adecuado de la forma correcta.

Lo bueno.Los que practiquen ciclismo de forma correcta y con regularidad sabrán y disfrutarán de los beneficios del ejercicio: mejores niveles de glucosa/insulina, triglicéridos y colesterol, músculos más fuertes y eficientes, mejor respiración y resistencia, corazón más saludable, perderán un par de kilos y hasta tendrán relaciones sexuales más vigorosas; un largo etcétera completa la lista.

Lo malo.Todo beneficio se irá al carajo si lo bueno se hace mal.Una bicicleta de medida equivocada o mal ajustada puede provocar lesiones en hombros, cuello, muñecas, rodillas, espalda, y claro, en las pelotas también.El sillín, o asiento, debe adaptarse a la anatomía del ciclista, esto es: que los puntos de presión sean isquiones y glúteos, no perineo –eso, o tu amigo pagará–.El acolchado (chamoy) del short de ciclista debe ser el adecuado, ni muy-muy ni tan-tan pues ambos casos pueden ser factor para producir presión en el nies*.Pasar demasiado tiempo sobre el asiento en una sola posición ejerce presión continua sobre nervios, arterias y venas en la zona del perineo, esto aumenta el riesgo de daño.En resumidas cuentas, la bírula destruirá tu vida sexual a menos que atiendas a las señales que tu cuerpo te envía:1. Durante el pedaleo: sensación de presión, hormigueo, adormecimiento y dolor en la zona genital, piernas o espalda.2. Horas después: enrojecimiento, inflamación, hormigueo, adormecimiento, dolor en perineo y piernas.3. Días después: dolor, infección en vías urinarias, perdida de sensibilidad.NOTA: birulaplanet.com no da consejos médicos, en caso de duda por favor consulta a un profesional de la salud.

* NiesDel lat. tardío perinaeon, y este del gr. περίναιον perínaion.Región anatómica que ni es ano, ni es testículo, ni es vulva.

Lo feo. Si no atiendes las primeras señales, estas van a progresar, tenlo por seguro. Te lo diré de otra manera; acompáñame a leer esta triste historia:

Un día, Clicista sintió hormigueo: lo ignoró…Otro día, Clicista sintió dolor: lo ignoró…… Un día a Ciclista se le apagó y ya no prendió.Ya no prendía y la novia con Ciclista se enojó.Le daba y le daba, y no hacia ni chispitas, Ciclista se asustó.«Al médico ahora te vas y visitas», la novia a Ciclista le exigió.«S.S.P.M», en la receta el doctor escribió.«Sano, Sanote Puro Machote», Ciclista pensó: «Solo Sirve Pa Mear», el galeno le aclaró.FIN.

Que no te pase. Por cierto, esto no solo afecta a los varones; una bicicleta mal ajustada también puede ser perjudicial para las mujeres ciclistas.

El remedio.Prevenir, ajustar, corregir, repetir.Acude a tu tienda local especialista en bicicletas para que te realicen un ‘bike fitting’, algunos establecimientos también ofrecen prueba de diferentes tipos de sillín (divididos, con hendidura central, con nariz baja y sin nariz) experimenta con varios y elige el que mejor te convenga. Si se siente incomodo tal vez está mal ajustado, corrige. Tampoco exageres, los ajustes drásticos y frecuentes no son recomendados, una vez que obtuviste las medidas base de tu bike fitting mantenlas por unos días para acostumbrarte, si la incomodidad continúa o empeora entonces reajusta de a poco. Durante el pedaleo cambia de posición en el asiento o párate en los pedales cada cierto tiempo, digamos cada 15 minutos. Después de pedalear es muy recomendado que por salud busques a tu pareja y se den lo suyo 😉 –bueno, y si no tienes pareja pues toca ejecutar el ‘modo de acceso manual 😛 ‘–. Es común sentir malestar por unas horas después de entrenar durante las primeras semanas pero si persisten ajusta, si continúan progresando deja el ciclismo por unos días, si el malestar no cede a pesar de los ajustes acude con un profesional de la salud y sigue sus indicaciones. La conclusión es que asiento y bicicleta a la medida, del tipo adecuado y correctamente ajustados te van a ahorrar dolores de cabeza… y de perineo, literal. Que quede claro, la disfunción eréctil parece más probable personas con estilo de vida sedentario que en ciclistas, así que pedalea sin temor.

Felices pedaleadas. 🙂